Durante su convalecencia siempre estuvo acompañado y atendido por Hermanas de Marta y María, fue visitado por la mayoría de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala, Sacerdotes de diversas Diócesis, religiosas y amigos que siempre le daban palabras de aliento y le confortaban con una oración. El 1 de mayo su cuñado Félix Castillo y sus sobrinos Patricia Castillo Ávila y Luis Manuel Camposano Ávila le visitaron por última vez.
El 3 de mayo víspera de la Ascensión del Señor fue convocado a la Casa del Padre. Inmediatamente se divulgó la noticia, el primero en llegar a Jalapa fue el Cardenal Rodolfo Quezada Toruño, quien en días posteriores escribió en uno de los diarios de Guatemala palabras dirigidas a Monseñor Ávila.
Monseñor Jorge Mario estuvo en velación en la Santa Iglesia Catedral de Jalapa desde el 3 de mayo, celebrándose Eucaristías cada hora, las que siempre estuvieron concurridas por feligreses de la Diócesis de Jalapa y de otras Diócesis. El 5 de mayo se llevó a cabo la Misa Exequial la cual fue presidida por Monseñor Julio Edgar Cabrera Ovalle Obispo de Jalapa, Obispos de Guatemala, Sacerdotes, Religiosas y el pueblo de Dios congregado en la Catedral. Al finalizar la Misa se le llevó en hombros alrededor del Parque Central para luego ser enterrado a la izquierda del presbiterio del altar mayor de la Catedral y a la par de la Capilla de Adoración Perpetua al Santísimo.